Si bien el sistema sanitario peruano requiere de ajustes estructurales y cambios de mediano y largo plazo, existen otras causas que agravan aún más la situación de este sector. La falta de empatía o la poca preparación respecto a la atención holística del paciente por parte de los trabajadores de salud pueden considerarse como los motivos principales, no obstante, cabe recordar que también está presente la gran cantidad de personas que requieren atención médica; cada vez hay más enfermos. La raíz de este problema usualmente recae en la práctica de hábitos inadecuados; por ello, se plantea como alternativa de solución un cambio de prácticas saludables, que sean claves y permitan generar conciencia en la población, a través de intervenciones comunitarias. Pero, ¿cómo podemos generar conciencia en ellos acerca de estos hábitos? Para lograrlo es necesaria la reflexión.
Por este motivo, en el presente ensayo se pretende exponer sobre la retroalimentación; un elemento esencial para el aprendizaje que permite la reflexión y contribuye al cambio de prácticas saludables en un público objetivo.
Según Shute, V. (2008) la retroalimentación es aquella información que se comunica al aprendiz para que modifique su pensamiento o conducta en vías de mejorar su aprendizaje; del mismo modo ayuda al docente a tener información sobre sus estudiantes y así ajustar la enseñanza mientras que a los estudiantes les permite mejorar sus procesos y resultados de aprendizaje. Además, y de acuerdo a Ávila, P. (2009) la retroalimentación es un proceso que permite proporcionar información acerca de las competencias que poseen las personas, acerca de lo que sabe, acerca de lo que le falta reforzar, acerca de lo que hace y acerca de la manera en cómo actúa. Permite describir el sentir, pensar y actuar de la gente en su entorno. Por consiguiente, podemos considerar a la retroalimentación como pieza clave o elemento esencial para generar un aprendizaje significativo ya que permite reflexionar sobre el propio desempeño, posibilita un ascenso gradual hacía la permanente adquisición, consolidación y transferencia del conocimiento, y se adquiere una vista más amplia sobre la enseñanza, lo cual permite el cambio de conductas.
Hablando de las características, para que una retroalimentación sea reflexiva y resulte efectiva, ésta debe ser: específica (comentarios concretos, centrados en un solo objetivo y dirigidos a una sola persona), oportuna (inmediata, no esperar a que pase mucho tiempo) y adecuada (con tacto, de manera positiva considerando los errores como oportunidades de aprendizaje y con palabras que sean de fácil comprensión). De igual manera, se puede señalar ciertos beneficios como: aumento de la motivación y autoestima, fortalecimiento de las relaciones interpersonales y, aún más importante, facilidad para producir autorreflexión.
En contraste a las características y beneficios mencionados antes, existen investigaciones como la de Lerouge, J. (2018) donde señalan algunas limitaciones que presenta el empleo de la retroalimentación, siendo estas: la posible tensión entre quien da y quien recibe los comentarios ya que pueden tomarse como una ofensa personal, y la abrumación en los aprendices al darse de manera bastante recurrente; por lo cual, en lugar de servir como un instrumento de apoyo termina siendo un arma intimidante que provoca resentimientos y pone trabas al proceso de aprendizaje. A pesar de esto, tenemos autores como Canabal, C. & Margalef, L. (2017) que, en base a diversos estudios y revisiones bibliográficas, resaltan la enorme relevancia de la retroalimentación entendida desde su multidimensionalidad. Asimismo, destacan el efecto formativo que tiene en el aprendizaje futuro de los estudiantes y afirman que el uso de esta herramienta permite la promoción de procesos de evaluación complejos y auténticos, y por lo tanto, aprendizajes profundos y relevantes, más allá de los que son meramente estratégicos.
Por lo mencionado anteriormente, el uso de esta herramienta pedagógica resultaría esencial dentro de las intervenciones comunitarias para generar un mayor impacto en quienes sean las personas a capacitar. Estas intervenciones o capacitaciones, se planifican de acuerdo a una problemática observada en nuestra realidad o entorno y varían en cuanto al público objetivo, tema y resultado de aprendizaje. Por ejemplo, en el caso del área de salud, se pueden abordar temas como: un correcto lavado de dientes, una adecuada alimentación, una adecuada desinfección de manos, la gestión del estrés académico, entre otros; y para llevarlas a cabo se necesita elaborar instructivos o guías que permitan al público reflexionar y aprender, a razón de esto resulta sustancial el uso de métodos o estrategias educativas que incluyan a la retroalimentación dentro de su estructura.
Por último, es importante mencionar que para aplicar dicha herramienta, se necesita saber cuál aplicar. Bautista, E. (2020) nos señala cuatro tipos de retroalimentación: a) Centrada en la tarea, brinda información sobre los logros y errores; b) Centrada en el proceso, se refiere a la información sobre la comprensión, los procesos cognitivos y las estrategias usadas; c) Centrada en la autorregulación, proporciona información para que el capacitado desarrolle autonomía y autocontrol en su aprendizaje; y d) Centrada en la propia persona, se destaca el esfuerzo, desarrollo personal y compromiso. Basándonos en esto, primero se debe observar y analizar a nuestro público, luego y de acuerdo a este análisis, se opta por aquel tipo de retroalimentación que sea la más adecuada y permita generar cambios.En conclusión, la retroalimentación forma parte de aquellas herramientas formativas dentro del amplio proceso de aprendizaje pues permite la autorreflexión, una capacidad esencial para generar aprendizaje significativo. Este instrumento, además, posee tres características concretas que la hacen efectiva como el ser específica, oportuna y adecuada; así como beneficios realmente gratificantes para las personas en las que se aplica. Incluso si pueden presentarse limitaciones por su uso, la existencia de distintos estudios e investigaciones con resultados positivos dan mayor credibilidad a su eficacia.
Finalmente, se comprueba que el implementarla dentro de intervenciones y adecuarla a las características y el proceso de cada uno de los aprendices sería de gran ayuda tanto para producir cambios en las prácticas saludables de la población como para eliminar hábitos que perjudiquen su salud y bienestar, contribuyendo entonces a la mejora del sistema sanitario del país.
BIBLIOGRAFÍA
Ávila, P. (2009). La importancia de la retroalimentación en los procesos de evaluación. http://www.universidadcies.com/wp-content/uploads/2017/06/Avila_retroalimentacion.pdf
Canabal, C. & Margalef, L. (2017). LA RETROALIMENTACIÓN: LA CLAVE PARA UNA EVALUACIÓN ORIENTADA AL APRENDIZAJE. Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado, 21(2), 149-170. https://www.redalyc.org/pdf/567/56752038009.pdf
Bautista, E. (2020). Importancia de la retroalimentación en el proceso de evaluación. http://cecad-uabjo.mx/Importancia_de_la_retroalimentacion.pdf
Lerouge, J. (2018). Beneficios y limitaciones de la retroalimentación del desempeño por parte de los directores y coordinadores de una academia dedicada a la enseñanza de un idioma extranjero hacia sus equipos de trabajo. http://recursosbiblio.url.edu.gt/tesiseortiz/2018/05/43/Lerouge-Jean.pdf
Shute, V. (2008). Focus on Formative Feedback. Review of Educational Research, 78(1), 153–189. https://doi.org/10.3102/0034654307313795