26 Aug
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Es evidente que el nivel de comprensión con el que cuenta la población adulta nacional es deficiente. Ya se vea reflejado a través de una prueba internacional como mediante estadísticas relacionadas a contextos sanitarios como lo es la pandemia. En ambos casos, se constata que es necesaria una reflexión acorde al aprendizaje con el que se enseña el cambio de prácticas saludables clave, que pueden ir desde una mejor comprensión lectora hasta medidas preventivas como el lavado de manos. Después de una extensa revisión de la literatura sobre las metodologías a implementar para lograr un aprendizaje profundo, es en la mayoría de ellas que se encuentra a la retroalimentación. Debido a esto, en este ensayo se busca explicar la trascendencia de esta junto con los motivos de tenerla presente a lo largo del proceso de aprendizaje.
Dentro del proceso enseñanza – aprendizaje, Sadler1 considera como fundamental que el estudiante sea capaz de hacer una comparación entre su desempeño actual y un referente de buen rendimiento, llevando a cabo medidas para acortar la distancia entre ambos, si la hubiera, o mejorar: Esto pues, es la retroalimentación. Se comienza resaltando los aspectos positivos para después, a modo de preguntas, informar el problema o lo que falta por mejorar, primando que el estudiante lo capte por sí solo2

También encontramos su mención en el ciclo del aprendizaje de Race3, el cual parte de la expectativa que el estudiante tiene acerca de una meta fijada relacionada al aprendizaje, realizando prácticas que pueden ser dirigidas a través de una comparación sistemática, análisis o reflexión. Mas, no es sino la retroalimentación la que rodea a todo el ciclo manteniendo su estructura, ya que el estudiante siempre estará a la búsqueda de que haya alguien que le indique el estado de su desempeño para mejorarlo.

Por otro lado, la retroalimentación se torna inefectiva o carente de sentido cuando cumple un rol pasivo, es decir, no se busca la previa identificación de las actividades a realizar como los objetivos a lograr. Además, cuando el tiempo en que se brinda vence el plazo en el que pudo haber resultado provechoso tanto para el docente como para el estudiante. Tal como lo mencionaba Russo4, si el interés por dar y recibir la retroalimentación no es compartido, la incapacidad de tolerar una retroalimentación se convierte a la incapacidad que no permitirá a uno el crecimiento personal, mucho menos, el cambio de una práctica saludable clave.

Tal y como se comprobó, la retroalimentación es necesaria si se busca profundizar el aprendizaje y de esta manera, transformar la realidad. Siendo así, de estar presente en la consejería de pares, garantizará ese incentivo que el público objetivo precisa para cambiar y alcanzar un aprendizaje significativo; por ejemplo, en el caso de las madres, otorgar una alimentación más completa y en base a hierro a sus niños. Ya sea para el facilitador o destinatario del servicio, el cambio de prácticas saludables clave está a una retroalimentación de distancia5

REFERENCIAS:

1Sadler, D.R. Formative assessment and the design of instructional systems. Instr Sci.1989; 18(1): 119–144.

2Andrés Morán Tello. La retroalimentación para el aprendizaje [video en internet]. Youtube. 10 de jul de 2020. [citado 03 de ago de 2022]. Recuperado a partir de: https://youtu.be/CQC7guVL96E

3Race P. Using feedback to help students to learn. T. High Edu Acad [Internet]. 2001 [citado 03 de ago de 2022]. Disponible en: https://www.jcu.edu.au/__data/assets/pdf_file/0016/104209/jcu_121468.pdf

5Robert Allen. Blog [Internet]. 2015 [citado 03 Ago 2022]. Disponible en: https://acortar.link/39QHhK

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