17 Jun
17Jun

A lo largo de los años se ha evidenciado las deficiencias que presenta el sistema de salud, deficiencias que van más allá de faltas de equipos médicos, escasez de medicamentos e insumos, falta de personal, falta de protocolos médicos, malas condiciones de los establecimientos o corrupción, deficiencia como la falta de competencias comunicativas del profesional de salud. Los estudios revelan que, en la mayoría de los casos, los problemas entre médico y paciente, no se relacionan con el mal desempeño técnico profesional, sino con el mal proceso de comunicación entre médico y paciente. Otros estudios mencionan que en el 75% de los casos, los pacientes no recuerdan su diagnóstico, no recuerdan lo que el médico les ha informado, considerando la importancia de que el profesional de salud se prepare más en este tema, para su labor asistencial. Por lo cual se puede afirmar que las competencias comunicativas del profesional de salud como factor clave para una adecuada relación con el paciente. ¿Una buena formación del futuro profesional de salud, en competencias comunicativas, durante el pregrado, puede establecer una relación adecuada con el paciente? ¿Qué beneficios conlleva una relación adecuada entre el profesional de la salud y su paciente?
Baile (2000) señala que existe la gran necesidad de mejorar las competencias comunicativas del médico y aunque busca ejemplificar la situación con las habilidades de los médicos para dar las malas noticias a los pacientes, señala que aproximadamente casi el total de ellos no ha tenido un entrenamiento formal para tal funcion. Por ejemplo, algunos de los programas educativos de pre y posgrado no enseñan la manera de dar malas noticias al paciente; muchas veces solo se basan en brindar conocimientos en cuanto a curar enfermedades, y no enseñan a cómo comunicarse con el paciente, el no haber tenido una buena formación trae como consecuencia que los médicos actúen conforme a lo que observan de sus otros colegas, su práctica profesional 
Para convertirse en comunicados efectivos, los médicos deben dominar un conjunto definido de conocimientos, habilidades y actitudes (Lipkin, 1984). 
“La responsabilidad social es de la universidad misma, de su identidad, ya que todo el proceso educativo debe estar orientado a la formación ciudadana, de la cual se sigue todo sentido de responsabilidad en la sociedad” (Vásquez, 2009).

A diferencia de otras ciencias educativas, la interacción con personas vulnerables en condición de enfermedad se lleva a cabo una etapa muy temprana de formación médica profesional, razón por lo cual las habilidades de comunicación verbal y no verbal deben estar articuladas en todo el proceso educativo, haciendo referencia desde las habilidades comunicativas básicas como el mirar a quien se habla, uso de palabras apropiadas que no pasen el límite de respeto y/o confianza, hasta las habilidades más complejas como es la expresión no verbal, el mostrar empatía, o evitar emociones en momentos dificiles. Las instituciones de educación superior incluyen en el proceso de formación médica, entre otros aspectos, la ética y la comunicación.La formación en competencias básicas de comunicación, debido a que se debe expresar el interés por el paciente como base para el éxito de la relación médico paciente y obtener diagnósticos e instaurar tratamientos correctos y oportunos (Bravo, 2017).

El mantener una adecuada relación médico-paciente a través de la formación e información del paciente, incentiva la prevención en salud y adherencia al tratamiento. Para que esta relación funcione adecuadamente es necesaria la confianza mutua (Restrepo, 2012). 
Según el Médico peruano, especialista en oncología y salud pública, Elmer Huerta, una buena relación entre médico y paciente puede traer beneficios positivos para el paciente, como ayudas a que regulen sus emociones frente a situaciones complejas durante las consultas, diagnósticos, procedimientos y tratamientos , les va a propiciar un espacio para que puedan expresar sus necesidades, creencias y puntos de vista, así como las expectativas que tienen tanto del médico como de la consulta. Por otra parte, tienen una mayor satisfacción con las atenciones y procedimientos y lógicamente tienen menos quejas y reclamos, estos pacientes al compartir más y mejor información con su médico, tienen una mayor posibilidad de llegar a un buen diagnóstico y comprender de una mejor manera la informacion brindada por el medico, y asi poder controlar su salud,  conseguir un mejor manejo de sus sintomas, una mejor convalecencia, un mejor tratamiento.

 Así mismo tienen mejor salud emocional, requieren menos pruebas diagnósticas y derivaciones a especialistas, sufren menos complicaciones y pasan menor tiempo hospitalizados, todo esto hace que mejore su calidad de vida y los costos para el sistema de salud se reducen significativamente.             
En general se puede concluir que la mala comunicación entre médico-paciente, es un grave problema que se ha visto reflejado en los constantes casos de reclamos de pacientes, pero que se puede mejorar si los futuros profesionales de la salud rieron competencias comunicativas, las cuales se puede lograr con una formación adecuada durante el pregrado, ya que es esencial no solo para que el profesional de salud adquiera los conocimientos sobre ética sino para que también sepa cómo comunicarse con su paciente, esto con el fin de tener una buena relación con el paciente, y de esta manera poder lograr beneficios para ambas partes. El paciente se beneficiará en prevención, diagnóstico y tratamiento, no solo en lo que respeta a lo físico sino también a lo emocional, y así podrá mejorar su calidad de vida.


REFERENCIAS
Arango Restrepo, Pablo. (2012). La relación médico-paciente. Un ideal para el siglo XXI. Médicas UIS, 25(1), 63-69. Recuperado el 21 de octubre de 2022, de  http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121- 03192012000100007&lng=en&tlng=es
Baile Walter, Buckman Robert, Lenzi Renato, Glober Gary, Beale Estela, Kudelka Andrzej, SPIKES: un protocolo de seis pasos para comunicar malas noticias: aplicación al paciente con cáncer, The Oncologist, volumen 5, número 4, agosto de 2000, páginas 302–311,  https://doi.org/10.1634/theoncologist. 5-4-302
Bravo Patiño, LA (2017). La comunicación como elemento esencial en la formación académica del profesional médico. Universidad Militar Nueva Granada. https://repository.unimilitar.edu.co/handle/10654/17013
del Carmen Castañeda Hernández, M. (2013). Medicina y comunicación, una herramienta fundamental para la interrelación médico-paciente. Revista cubana de información en ciencias de la salud, 24(3), 343–353. https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=45756
Lipkin Jr, M., Quill, TE y Napodano, RJ (1984). La entrevista médica: un plan de estudios básico para residencias en medicina interna. Anales de medicina interna, 100(2), 277-284. https://www.acpjournals.org/doi/10.7326/0003-4819-100-2-277
Médico-Paciente, CEE [UCoD_iKqd_XH4CSTUfwQTHng]. (2017b, 24 de julio). Comunicación Efectiva Medico - MÓDULO I. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=sogT6Lj9SXw
Temprano, M. (2015). Comunicación y resiliencia ante la enfermedad en la relación terapéutica médico-paciente. Tesis Doctoral. Universidad de Salamanca, España. Recuperado de https://dialnet-unirioja-es.ezproxy.umng.edu.co:2518/servlet/tesis?codigo=52659.
Vásquez, GH (2009). Educación para un nuevo humanismo. Magis Revista Internacional de Investigación en Educación, 1(2). https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/MAGIS/article/view/3395


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