La retroalimentación es uno de los principios más importantes de la labor docente, este tiene como objetivo mejorar y optimizar el aprendizaje en las escuelas y universidades.
Asimismo, es necesario extrapolar la retroalimentación educativa con el público objetivo para alcanzar el cambio de prácticas saludables dada la importancia y trascendencia de la retroalimentación en el aprendizaje. Al día de hoy, se le considera como un momento clave de la sesión de aprendizaje.
En ciertas ocasiones se ha planteado que la retroalimentación sólo tiene éxito si es aplicada para mejorar el aprendizaje de los estudiantes en escuelas, institutos o universidades. Pero la aplicación de esta técnica en el aprendizaje-servicio o en las intervenciones comunitarias demuestran lo contrario.
Mi postura respecto a la pregunta planteada es que la retroalimentación es importante y trascendental para el cambio de prácticas saludables puesto que enriquece, analiza y profundiza el aprendizaje de diversas maneras. Por ejemplo, estimula el aprendizaje del público objetivo para que estos estén motivados e interesados por enriquecer sus conocimientos. A continuación, sustentaré mi postura respecto al tema en mención.
Para empezar, es necesario conocer y entender el concepto de lo que es “La Retroalimentación” esta consiste en brindar la información adecuada y oportuna al participante sobre su desempeño en el proceso de aprendizaje. Además, debe contribuir a fortalecer y desarrollar las competencias del participante (1).
A continuación, abordamos la siguiente pregunta ¿Cómo se ejecuta la retroalimentación?
Al momento de realizar la retroalimentación es necesario diferenciar dos tipos de desempeño por parte de los participantes el desempeño “positivo” y el desempeño “por mejorar”.
Si el desempeño es positivo, apropiado o adecuado, entonces se felicita al participante por el desempeño, mencionando o indicando con exactitud qué aspecto de su desempeño se está reconociendo como positivo. Pues no es apropiado decirle “Te felicito”, “Buen trabajo “, “Lo hiciste genial” ya que estos comentarios no transmiten la información y orientación necesarias para que el participante pueda reforzar o mejorar lo realizado. Lo ideal sería decirle “Te felicito por tu trabajo”, presenta un excelente desenvolvimiento. Además, la información brindada debe ser valiosa y coherente (1).
Por otra parte, si el desempeño del participante muestra que hay algo por mejorar, también se le debe brindar la retroalimentación oportuna. En este caso la retroalimentación consiste en realizarle preguntas para que él mismo descubra lo que tiene que mejorar, es decir reconozca y encuentre el error cometido por su propia cuenta. Asimismo, en este caso la retroalimentación puede comenzar mencionando los aspectos positivos y al mismo tiempo, proporcionar información y orientación sobre cómo superar las debilidades encontradas y cómo corregir los errores. (2)
Ahora bien, a manera de recomendación, no es adecuado entregar demasiada información al participante al momento de ejecutar la retroalimentación ya que se corre el riesgo de causar confusión, pues debido a esto el participante puede presentar la sensación de no saber por dónde empezar o qué aspecto priorizar. Entonces, para que pueda darse una retroalimentación idónea y efectiva se necesita comunicar y discutir de forma específica los puntos por mejorar (2). En este momento es determinante recordar el principio “Menos es más”.
También es preciso realizar la siguiente pregunta ¿Los participantes desean ser retroalimentados? ¿Realmente les importa?, puesto que esto es notable si se desea alcanzar una retroalimentación efectiva. El participante debe estar predispuesto a recibir retroalimentación por parte del docente o facilitador, esperando que este sepa comunicarse correctamente, dentro de un clima de confianza; donde el participante no sienta amenazada su integridad, donde no se sienta atacado o rechazado como persona, sino que acepte que todos podemos equivocarnos y que al descubrir nuestros errores podemos aprender de ellos.
En añadidura, el participante siempre tiene que recordar el ciclo de aprendizaje de Phil Race, la cual está compuesta por lo siguiente: querer, hacer, digerir o analizar y finalmente ser retroalimentado. De esta manera el participante estará predispuesto y activo a recibir retroalimentación, también que esta sea efectiva.
En conclusión, mi postura respecto a la pregunta planteada es que la retroalimentación es importante y trascendental para el cambio de prácticas saludables puesto que enriquece, analiza y profundiza el aprendizaje de diversas maneras. Por ejemplo, estimula el aprendizaje del público objetivo para que estos estén motivados e interesados por enriquecer sus conocimientos. En suma, en este pequeño ensayo se ha definido de forma clara a la retroalimentación. Ahora ya se conoce que esta consiste en brindar la información adecuada y oportuna al participante sobre su desempeño en el proceso de aprendizaje.
Para finalizar, en este pequeño ensayo se ha escrito sobre cómo ejecutar la retroalimentación. Entre los diversos ejemplos proporcionados, hemos propuesto evaluar los aspectos del desempeño del participante y determinar los aspectos “Buenos” y “Por mejorar”. Además, en este pequeño ensayo abordamos el tema de qué palabras usar y cómo expresarse al momento de dar la retroalimentación al participante. En suma, se planteó algunas recomendaciones y reflexiones con el propósito de contribuir a eliminar los vacíos de conocimiento en torno a la retroalimentación para el cambio de prácticas saludables clave.
Bibliografía