¿Por qué la comunicación efectiva en la relación médico - paciente es tan imprescindible dentro de la prestación de servicios de salud?

Evidentemente, la comunicación efectiva es una pieza fundamental en el quehacer médico, puesto que, los profesionales de la salud son formados para brindar la mejor atención posible a sus pacientes, siempre considerando una adecuada relación entre ambos. Existen dos grandes actores en este campo de la salud, por un lado, el doctor, quien brinda e interpreta la información del usuario haciendo uso de sus conocimientos técnicos y científicos, y por otro lado, el paciente, quien busca ayuda. En efecto, en el actuar de estos dos personajes clave en un servicio, debe prevalecer una óptima comunicación, que incentive la compresión del paciente, la prevención en salud y la adherencia al tratamiento, con el fin de obtener el bienestar general de la persona. No obstante, pueden existir dificultades o imprevistos dentro del proceso, los cuales ocasionan que la falta de comunicación efectiva se convierta en una grave problemática dentro de los sistemas de salud.   

El objetivo del presente ensayo académico es explicar las razones principales por las cuales la comunicación efectiva es de vital importancia en la relación médico - paciente dentro de la prestación de servicios de salud. Asimismo, se expondrá cómo lograr que los estudiantes de salud desarrollen y/o potencien dicha habilidad blanda durante sus carreras profesionales. 

Para empezar, es vital que el personal de salud sepa escuchar, entender y hablar a su usuario para que cuente, a partir de lo dicho por el paciente, con información necesaria y precisa sobre este, por consiguiente y tomando en consideración lo expresado por Cantón (2016), el médico debe realizar, de la manera más óptima, el cumplimiento de sus funciones e identificar acertadamente el diagnóstico y el tratamiento a seguir en pro de la salud a quien está atendiendo. Si el profesional de salud no comprendiera a su paciente, no existirían las condiciones necesarias para medicarlo o en simples términos, brindarle una mejor atención, pues no tendría en sus manos la capacidad de comunicarse y enfocarse en lo que el paciente dice y realmente necesita.  

Adicionalmente, una correcta comunicación trae consigo dos relevantes beneficios. Primero, el surgimiento de un clima de confianza entre el médico y el paciente. Segundo, la tranquilidad del paciente de sentirse escuchado. Estas dos ideas se complementan; pues, a medida que se cree un vínculo profesional, el paciente se siente escuchado, comprendido y atendido, lo cual permitirá entender el significado de su enfermedad.

Según Forguione-Pérez (2015), la confianza mutua es indispensable para mantener una comunicación efectiva. Sin embargo, esta confianza se altera cuando el personal de salud proporciona poca información a sus pacientes y lo realizan utilizando un lenguaje técnico que los pacientes poco entienden, generando dudas en los mismos. Posiblemente, estas dudas pueden ser resueltas por personas poco capacitadas en el tema, como por ejemplo los vendedores de farmacias, quienes no cuentan con el conocimiento; pero sí, con la disposición de escuchar a los pacientes. Por ende, se exige que este actuar debe ser realizado desde la atención médica.

Por otro lado, no es tan solo lo que el médico comunica, sino que también, cuando no comprende lo que le cuenta el paciente, y a pesar de ello, sigue activo con el servicio, sin importar el haber no entendido la situación de su usuario. Desde las perspectivas de Flórez Lozano et al. (2000), para conseguir la comunicación efectiva, es necesario que el profesional de la salud deba vencer el miedo de mencionar que lo expresado por el paciente no ha sido del todo atendido, y por tanto, evitar dar malos diagnósticos o recomendaciones al mismo. Es por ello que, el médico tendrá que buscar soluciones ya sea pidiendo ayuda a su equipo de trabajo de modo que no genere posibles daños a la vida del paciente por tan solo la falta de comunicación y/o compresión. 

A modo de ejemplificar y considerando el caso del médico serumista presentado por el Dr. Morán, se observa que el doctor, a pesar de las repeticiones de la madre sobre la situación de su hijo (el paciente), es consciente que no entiende lo que quiere decir, y se limita a hacer preguntas que no los conduzcan al entendimiento del caso. Asimismo, el médico serumista tiene a su disposición la solución de pedir apoyo a su equipo de trabajo para el tratamiento del niño y facilitar la comunicación de la madre, pero se niega a recibir ayuda. Todo esto por temor a recibir comentarios de la madre y no generar una buena impresión. Además, es importante recalcar que el trabajo en equipo es una habilidad que el médico no está implementando durante su servicio.

¿Qué consecuencias pudo haber traído su actuar? En pocos términos, un pésimo servicio de salud que pasa por alto el malestar o enfermedad del menor, posibilitando un mal estado de salud del mismo. En concordancia, el doctor hizo todo lo contrario a sus obligaciones como profesional de la salud. Es por ello que a través de este caso, se demuestra que la comunicación efectiva es fundamental dentro de las atenciones médicos. Es más, en un artículo científico realizado por Hernández et al. (2006), se evidencian las demandas ante la Comisión Nacional de Arbitraje Médico en México, acerca de la insatisfacción de los pacientes por la mala relación médico - paciente que se presentaron, en la que la comunicación efectiva fue de las principales faltas que hubo.  

Por último, los estudiantes de salud podrán ser más competentes y efectivos en la comunicación efectiva, estableciendo una adecuada relación médico - paciente, si reciben entrenamiento temprano desde el primer año de la universidad; es decir, se deben implementar cursos en la que los alumnos tengan contacto temprano con la población, por ejemplo, a través de proyectos de aprendizaje - servicio, o también, tal como expresan Flórez Lozano et al. (2000), mediante actividades de actuación dentro de cada curso, en la que el docente cumpla un rol esencial en su educación, de modo que el futuro profesional de la salud desarrolla habilidades necesarias (interpretación de los estados emocionales, comprensión del paciente, empatía y escucha activa) para ser aplicadas en el campo de acción (en las prácticas pre-profesionales, en el trabajo o en las intervenciones educativas comunitarias). 

En conclusión, la comunicación efectiva es de suma importancia en el rubro de la salud, puesto que es la clave precisa del personal de salud para las consultas, el tratamiento de los pacientes, entre otros; con el propósito de conseguir una excelente relación médico - paciente. La habilidad para comunicarse no solo significaba saber expresarse, sino que también saber escuchar e incluir la compresión de las emociones, malestares o enfermedades expresadas por los usuarios. Por tanto, el estudiante en formación debe ser consciente de estos aspectos y aplicarlos en su vida profesional. Al fin y al cabo, nosotros, desde médicos, obstetras, enfermeros, etc en instrucción hasta los más experimentados, tenemos la necesidad y obligación moral y profesional de tratar de mejorar indudablemente la habilidad de la comunicación en nuestro trabajo cotidiano.

Referencias bibliográficas

Cantón, S. F. (2016, abril). La comunicación como factor contribuyente en la ocurrencia de incidentes y eventos adversos en salud. Gob.mx. http://www.conamed.gob.mx/gobmx/boletin/pdf/boletin5/comunicacion_factor.pdf

Flórez Lozano, J. A., Martínez Suárez, P. C., & Valdés Sánchez, C. (2000). Análisis de la comunicación en la relación médico-paciente. Medicina Integral, 36(3), 113.

Forguione-Pérez, V. P. (2015). Comunicación entre médico y paciente: Más allá de una consulta, un proceso educativo. Médicas UIS, 28(1), 7-13.

I, H.-T., Fernández-Ortega, M. A., Irigoyen-Coria, A., & Hernández-Hernández, M. A. (2006). Importancia de la comunicación médico-paciente en medicina familiar. Archivos en Medicina Familiar, 8(2), 137-143.