Actualmente son los médicos serumistas, quienes cada año vienen realizando una labor asistencial con el fin de ayudar a la población más necesitada que viven en pobreza extrema, en lugares alejados, de frontera de emergencia, zonas urbanas marginales y lugares agrestes, donde las condiciones laborales son generalmente precarias, así como los medios de transporte, carreteras en malas condiciones, y en muchos casos ocurren accidentes que terminan en tragedia. La población tiene poca accesibilidad a los puestos de salud, los cuales en muchos casos no cuentan con las condiciones mínimas ni para los pacientes ni para los profesionales de la salud, a pesar de eso los serumistas tratan de afrontar gran parte de las dificultades que se les presentan en el día a día como la desinformación por parte de pacientes y serumistas que lamentablemente se convierte en obstáculo en la comunicación entre estos.
Existen diversas causas por la que hay una mala comunicación entre serumista y paciente. Por parte de los pacientes tenemos como causas al desconocimiento sobre la falta de equipos médicos y movilidades, desconocimiento de otras medicinas o tratamientos que no sean los tradicionales y a la desconfianza que sienten al no ser entendidos durante la consulta debido a su dialecto. Por parte de los serumistas tenemos como causas a la falta de charlas sobre interculturalidad, desconocimiento sobre los dialectos de las comunidades y de cómo integrar la medicina tradicional y la medicina convencional.
Uno de los casos que hizo evidente las dificultades que afrontan los serumistas es el caso del médico serumista, Atilio Pérez, quien en su segundo día de trabajo, en el consultorio externo del centro de salud de Puno recibió a una madre, con su niño, quien traía un fuerte dolor de estómago. El médico inició su consulta; sin embargo, la madre entendía de otra manera las preguntas que este realizaba. Así mismo el médico no entendía a la madre y por ese motivo decidió pedir ayuda a su enamorada, quien en ese momento lo estaba llamando.
Ascarza (2021), de la revista Salud con lupa, realizó entrevistas a médicos serumistas de distintas regiones en donde realizaron su serums, con el fin de identificar las dificultades presentes en toda su estancia.
Un médico serumista, en Bagua, Amazonas menciona “no hay confianza todavía con la población, es muy común, en el centro poblado donde me encuentro, acusar de negligencia al personal de salud. Si no acudes a sus casas, es una negligencia. Si no haces lo que ellos quieren, es una negligencia. Muchos pacientes quieren que la atención sea en sus casas, cuando no contamos con equipos a la mano para darles esa atención. Vienen de mala manera que casi te obligan a subir a una moto diciendo: “tienes que venir porque está mal”.
Otro médico serumista, en Anchonga, Huancavelica menciona “Muchos de los pacientes son quechua hablantes me dicen sus dolencias en quechua y yo no hablo quechua. En la formación que tuve durante siete años no me exigieron hablar quechua. Recién he salido de estudiar en el mes de abril y, dos meses después, estoy acá como médica. Entonces se puede decir que yo vengo acá a practicar con la gente, ¿no?, y creo que los principales perjudicados son ellos porque no tengo experiencia”.
Otra médico serumista, en San Isidro de Yanapampa, Pasco mencionó “No recuerdo que me hayan dado ningún tipo de charla sobre interculturalidad, cómo trabajar con agentes comunitarios o cómo integrar la medicina tradicional. Los serumistas muchas veces son los menos preparados para ello, al ser personal nuevo y que solo se queda un año, también puede existir una desconfianza inicial por parte de la población que se atiende. Me chocó mucho al principio el trato de ‘yo sé que luego tú no vas a estar aquí, entonces dame las pastillas que para eso estás”.
El médico Rondán, quien participó en un estudio en 2015 sobre las experiencias de 364 serumistas en Áncash menciona “Sin una capacitación para enfrentar esos retos en la atención, todo lo único que queda es el esfuerzo y buena voluntad de los serumistas. Es el primer contacto que uno tiene en la vida asistencial, y uno llega con muy pocas herramientas de salud pública para enfrentar ello, como el no saber cómo manejar pacientes en un primer nivel y tampoco prevención ni promoción de la salud”.
Se concluye que a pesar de que los serumistas trabajan en condiciones precarias, poniendo en riesgo sus vidas, afrontan las dificultades que se les presente en el camino, todo en beneficio de los pacientes, quienes en su condición de pobreza, entre otros problemas, desconocen en qué condiciones se encuentran los centros de salud y las situaciones por la que pasa un serumista y tienen la idea equivocada de que el médico debe ir a donde el paciente necesite sin importar que los serumistas pueden poner su vida en peligro. Por otra parte, los pacientes desconocen de otras medicinas que nos sean las tradicionales, y esto conlleva a que no acudan a los puestos de salud y en los casos que acuden muchas veces los serumistas o no tienen el conocimiento sobre la medicina tradicional o no entienden el dialecto del paciente, debido a la falta de experiencia o a no haber recibido una formación que les permita entenderlo, y todo esto se convierte en una gran barrera para una buena comunicación entre serumista y paciente. En general la falta de compromiso por parte del estado, quien debe encargarse de que los centros de salud cuenten con todo lo necesario y que las carreteras sean las adecuadas, para evitar accidentes, sumado a esto que los serumistas no han recibido todo lo necesario para su formación, conlleva a una mala comunicación con los pacientes.
REFERENCIAS
Rivas, A. (2022, mayo 13). Situación actual de médicos en el serums. Colegio Médico del Perú - Consejo Nacional. https://www.cmp.org.pe/situacion-actual-de-medicos-en-el-serums/
Ascarza, L. (2021, octubre 1). Los serumistas no quieren ser héroes. Salud con lupa. https://saludconlupa.com/noticias/los-serumistas-no-quieren-ser-heroes/