26 Aug
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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la anemia es una afección que afecta principalmente a los niños pequeños y mujeres embarazadas. Se calcula que en el mundo el 42% de los niños menores de 5 años y un 40% de las embarazadas son anémicos. Esta afección en el Perú se encuentra en más del 40% de los niños de 6 a 35 meses (cerca de 700 mil niños menores de 3 años anémicos), informa el diario “El Peruano”. Esto ha evidenciado la necesidad de crear acciones preventivas contra la anemia. Una de las principales medidas es la realización de consejería nutricional para la reducción de anemia en la infancia, en distintas regiones. Por ello, las consejerías han de aplicar metodologías que mejoren la efectividad en cambios de prácticas saludables: The Health Belief Model (HBM) es considerado uno de los mejores programas de intervención educativa para incrementar las medidas preventivas.

The health Belief Model (HBM) o también conocido como “El Modelo de Creencias de Salud” (MCS), es definida como una teoría que se basa en la valoración subjetiva de una determinada expectativa, donde el valor será el deseo de evitar la enfermedad, y la expectativa será la creencia en que una acción proveerá o mejorará el proceso “1”. Esto afectará el componente cognitivo del capacitado que se encuentra estrechamente relacionado a las conductas: generando una consciencia colectiva y formas de acción para prevenir la anemia. Si este se introduce dentro de las consejerías, debe de ir acompañado con actividades y estrategias que complementen el esquema MCS. Con todo ello, el capacitado será capaz de conocer el riesgo y las medidas de prevención de cualquier enfermedad.

Para un correcto uso del modelo es totalmente necesario conocer los factores o variables que se vinculan con el MCS. Existen 4 dimensiones: la susceptibilidad percibida, dimensión enfocada en la percepción que tiene el sujeto de vulnerabilidad ante la enfermedad; la severidad percibida, dimensión enfocada en las posibles consecuencias médico clínicas y sociales que puede generar la adquisición de dicha enfermedad; los beneficios percibidos, creencia de efectividad relativa a diferentes conductas que puedan luchar contra la enfermedad; la última dimensión son las barreras percibidas, impedimentos que pueden surgir por la toma de acción para luchar contra la enfermedad “2”. El capacitado tomará acción basándose en las 4 dimensiones dichas, si existe algún problema en alguna dimensión este evitará la toma de acción. Por ejemplo: Una persona vive en una zona rural, donde se han presenciado muchos casos de virus del zika, este ya conoce mucho sobre la enfermedad debido a las diferentes campañas que vienen a su pueblo, este decide comprar por primera vez tachos con tapa, lamentablemente la única tienda que los vende se encuentra en la ciudad que le tomaría 8 h de viaje, lo cual no puede hacerlo porque no cuenta con suficiente tiempo ni dinero para hacerlo.

Otros factores que pueden modificar el curso de acción son la edad, el género, el nivel socioeconómico, el conocimiento y la etnicidad “3”. Por ello, ante una intervención es imprescindible el conocimiento del público objetivo para la correcta elección de estrategias, actividades o aplicaciones que permitan la reflexión del capacitado. Otros autores también agregan a la autoeficacia y motivación, como elementos que definen y mantienen el curso de acción “3”.

La efectividad de este método se ha ido comprobando a lo largo de la historia, existen diversos estudios que han empleado dicha metodología y han expresado un mayor cambio de conducta a largo plazo.  En un estudio donde se aplicó el método para incrementar las medidas preventivas contra la deficiencia de hierro en escuelas secundarias en la ciudad de Friedan de segundo grado en 2015, se concluyó que una educación basada en HBM es efectiva para la prevención de la anemia ferropénica y debe de ser usado para las intervenciones educativas “4”. Otro estudio en México donde se aplicó el modelo para el cáncer y autoexploración testicular en estudiantes universitarios se determinó que la variable que más influye en la realización de la autoexploración testicular fue la autoeficacia “5”. Esto demuestra la capacidad de usar el método en este caso en nuestro país.


En conclusión, HBM es una metodología que ha demostrado ser válida a través de diversos estudios que la han aplicado, además está fundamentada en factores y dimensiones que deben tomarse en cuenta para la ejecución de estrategias, actividades o explicaciones para la prevención de la anemia. Con todo ello se ha demostrado que esta es una de las principales formas en que podemos abordar el problema de la anemia en nuestro país. 


REFERENCIAS: 

(1)Soto Mas F, Lacoste Marín JA, Papenfuss RL, Gutiérrez León A. El modelo de creencias de salud. Un enfoque teórico para la prevención del sida. Rev Esp Salud Pública [Internet]. julio de 1997 [citado 18 de noviembre de 2022];71(4). Disponible en: http://www.scielosp.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57271997000400002&lng=es&nrm=iso&tlng=es

(2)Rosenstock, IM (1974). Historical origins of the health belief model. Health Education Monographs, 2, 328-335.

(3)HealtBehavior-Education.pdf [Internet]. [citado 18 de noviembre de 2022]. Disponible en: http://transformationalchange.pbworks.com/f/HealtBehavior-Education.pdf

(4)Mirzaei H, Shojaeizadeh D, Tol A, Ghasemi ghale ghasemi S, Shirzad M. Application of Health Belief Model (HBM) to Promote Preventive Behaviors Against Iron-deficiency Anemia Among Female Students of High School Fereydan City: A Quasi-Experimental Study. Nian J Health Educ Health Promot. 1 de enero de 2018;05(04):260-9.

(5) Juárez-García DM, Téllez-Ramos MA y Téllez A. Escala del modelo de creencias de salud en español para el cáncer y la autoexploración testicular. Rev Panam Salud Publica. 2022;46:e38. https://doi.org/10.26633/RPSP.2022.38

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