Las emociones cumplen un rol fundamental en la educación ya que nos aseguran de que los estudiantes adquieran conocimientos y capacidades en toda su vida académica; sin embargo hay cierto grupo que asegura que las emociones no tienen una relación directa con el aprendizaje, incluso hemos sido testigos de que en las escuelas se ha criticado el mal desempeño del alumno en el aprendizaje, asociando esto solo con la falta de responsabilidad y compromiso con los estudios. pero, ¿La experiencia de emociones negativas acaso no perjudica el aprendizaje? ¿Qué sucede en la educación superior universitaria?
Las emociones negativas como la ansiedad, vergüenza, aburrimiento, cólera, decepción y desesperación perjudican el desempeño del alumno. Según Bower (1991) “las emociones negativas indican al estudiante que algo no funciona”, esto como consecuencia genera un estado de ánimo negativo.
Los alumnos encuentran limitaciones en su capacidad con respecto a sus compañeros al realizar las tareas escolares, esto puede deberse a muchas situaciones, una de ellas es al obtener una baja calificación. Si sucede puede que sea insignificante, si es que el alumno no se ha esforzado mucho, pero si se esfuerza y obtiene malos resultados en repetidas ocasiones, esto puede afectar en su autoestima. Weiner (1986) y Covington (1992) describen “el efecto devastador que pueden tener en su autoestima las reacciones de los estudiantes frente al fracaso” como pensamientos pesimistas, bajas expectativas de lograr algo con un buen resultado y evitar el desempeño, ya que algo podría salir mal, en consecuencia las experiencias de aprendizaje negativas se refuerzan.
Aun cuando alcanzan el éxito piensan que se dio gracias a la ayuda de alguien, incluso creen que fue por las circunstancias, pero no se ven como causa de ese éxito. Estos estudiantes consideran que su esfuerzo es una amenaza a su autoestima. “La mayoría de los alumnos se sienten humillados cuando fracasan a pesar de haberlo intentado, porque piensan que los demás lo percibirán como un signo de que su capacidad es baja” (Covington y Omelich 1979). Debido a esto los alumnos recurren a mecanismos de defensa.
Con el paso del tiempo este alumno crecerá y entrará a otra etapa de su vida, la educación superior universitaria, si el estudiante logró cambiar esos pensamientos negativos o disminuir en gran porcentaje sus emociones negativas, cuando él experimente situaciones similares a las que vivió en su educación básica regular podrá afrontarlo de una mejor manera; sin embargo, el estudiante que no supo cómo salir de eso pero intentó tener una mentalidad distinta al entrar a la universidad será frágil, ya que el mínimo error que este cometa traerá consigo esos pensamientos y emociones negativas que vivió en su educación básica regular, lo cual no le permitirá poder desarrollar su aprendizaje y así repetirá el círculo vicioso.
Por tanto es necesario que los docentes propongan tareas de aprendizaje que estén más arriba del nivel de competencia de los estudiantes y a la vez dar una retroalimentación que no consideren amenazante. Dweck (1986) aconsejó a los docentes “evitar referirse a la inteligencia de sus estudiantes, las comparaciones sociales y las críticas personales, y que los invitaran a determinar su propio desempeño y los animaran a escuchar cuidadosamente la retroalimentación del docente”.” Los docentes deben hacer hincapié en que los errores son inherentes al aprendizaje y que uno puede aprender mucho de ellos” (Brown, 1994). Wiebe Berry (2006) aconsejó a los docentes que “no ayudaran demasiado a sus estudiantes y que se cercioraran de que los estudiantes formaran parte de la conversación sobre su aprendizaje”. Los docentes deben apoyar debidamente a los estudiantes a ver su error cuando estos fracasen para que una próxima vez no cometan el mismo error.
Como pueden evidenciar las emociones negativas si perjudican al aprendizaje, al estado de ánimo, a la autoestima y al desarrollo de una vida saludable. Por eso es importante que desde la escuela los docentes no solo se interesen por el ámbito académico sino también por la salud mental de sus estudiantes, de esta manera los estudiantes podrán afrontar cualquier desafío que se les presente a lo largo de su vida académica.
REFERENCIA
Serie Aprendizajes y Oportunidades La naturaleza del aprendizaje: Usando La investigación para inspirar la práctica. (n.d.). https://panorama.oei.org.ar/_dev/wp- content/uploads/2017/09/UNICEF_UNESCO_OECD_Naturaleza_Aprendizaje_.pdf