22 Jul
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A lo largo del desarrollo de la pedagogía en el tiempo, se han ido implementando nuevos modos de enseñanza con la finalidad que los alumnos aprendan de manera significativa el conocimiento requerido. Muchos de nosotros crecimos y asistimos a colegios en una época donde la enseñanza era mayormente unilateral y los alumnos ejercíamos un rol pasivo dentro de esta. Teniendo este punto en cuenta, en las últimas décadas, pedagogos, psicólogos, entre otros estudiosos han ido desarrollando nuevas técnicas y maneras de enseñar, tratando de dejar atrás el modelo clásico de enseñanza donde los alumnos asimilaban, o intentaban asimilar, el conocimiento que era dictado por los maestros. 

Es así como se da paso al llamado Aprendizaje-servicio. Esta “nueva” forma de impartir conocimiento tiene sus orígenes en los tempranos años 20, pero no sería hasta 1969 que se celebró la I Conferencia Nacional sobre Aprendizaje Servicio en la que se describe como “una tarea necesaria para el crecimiento educativo” (Moliner, 2010). A pesar de que han pasado más de 50 años desde esta conferencia, el Aprendizaje-servicio sigue considerándose como una estrategia de aprendizaje innovadora y competente, especialmente en países como el nuestro, en el que por largos años ha predominado la clásica manera de enseñar en donde el estudiante ejercía un rol pasivo como recipiente de todo lo que tenía que decir el docente. Teniendo en cuenta que el método de enseñanza en nuestro país no ha cambiado mucho, el alumno no se ve involucrado activamente en su aprendizaje, y esto se refleja en cuánto aprendizaje significativo ha adquirido, ¿sería prudente implementar esta pedagogía en las aulas, ya sea a nivel básico o superior? Probablemente sí, teniendo en cuentas los precedentes del método en donde ya ha sido aplicado y todos los beneficios que genera, tanto para el estudiante como para su entorno.

Y bien, ¿en qué consiste el llamado aprendizaje-servicio? Es prudente decir que la definición de este término ha ido cambiando y evolucionando con el pasar de los años. Así mismo, diferentes autores, pedagogos y conocedores del tema le han otorgado su propia definición. Sin embargo, en forma de síntesis a partir de lo leído se puede decir que el Aprendizaje-servicio o ApS, se basa fundamentalmente en dos pilares: el aprendizaje de los alumnos y el servicio comunitario. Mediante la aplicación de proyectos basados en soluciones de las necesidades reales de su comunidad, los alumnos son capaces de adquirir nuevos conocimientos, es decir aprender mientras enseñan, o ejercen. Además, este aprendizaje se da a través de la experiencia. Esto es muy importante ya que se deja atrás el típico modelo que solo se basaba en la teoría, en el que los alumnos no eran capaces de poder extrapolar el conocimiento aprendido en situaciones reales o cotidianas. Es pertinente afirmar que esta metodología permite que se desarrolle un aprendizaje significativo; es decir, el conocimiento que se imparte podrá ser asimilado satisfactoriamente y los alumnos serán capaces de recordar lo aprendido permanentemente en el tiempo. Además, centra al alumno como protagonista de su propio aprendizaje, y al docente como un guía o facilitador de este. Es decir, los estudiantes tomarían un rol activo y participativo en este proceso. Sin embargo, el factor netamente académico no es el único que se ve beneficiado con la metodología del Aprendizaje-Servicio. Teniendo en cuenta que para el desarrollo de este método es necesario el factor sociedad y sus problemas reales, es precisamente este el que permite el desarrollo de habilidades sociales, blandas y cívicas en los alumnos. El servicio comunitario permite identificar los problemas reales del contexto social en el que los estudiantes se encuentran, esto da paso a que los estudiantes desarrollen habilidades como liderazgo, resolución de problemas, colaboración, empatía, iniciativa, conciencia social, entre otros, así como el fortalecimiento de valores como apoyo social, convivencia, igualdad y fraternidad. Y, así como son es estudiantes también son ciudadanos, lo que da paso a que se conviertan en ciudadanos con responsabilidad social. Es de esta forma que se genera un círculo virtuoso que combina el éxito educativo con el compromiso social.

     Podemos ejemplificar esta metodología tomando en cuenta nuestra facultad. Nosotros, como estudiantes de ciencias de salud, debemos desarrollar habilidades sociales, así como aprender significativamente el conocimiento académico necesario. No obstante, es claro que para poder graduarse de una carrera de salud es necesario tener cierto conocimiento mínimo de la materia, el problema no radica ahí, si no, más bien en las habilidades blandas que los profesionales desarrollan, o no, a lo largo de sus carreras. Al ser profesionales de la salud, que trabajan con vidas humanas que no se encuentran bien de salud, debemos ser empáticos y cautelosos, respetuosos, pero también saber como comunicarnos. Así lo señala un participante de la investigación en Lima – Perú de María Méndez y Stefano de la Torre (2021): “[...]creo que la gente tiene que ser más sensible y ponerse más en el lugar de otras personas para entenderlos”, en la que precisamente abordan la importancia del ApS en la universidad. Sin embargo, ¿cómo ejercer algo que nunca aprendimos? Justo ahí radica la importancia de la implementación de esta metodología, y no solo en el ámbito universitario, si no en todos los niveles educativos. Entonces, ¿por qué no cambiar de a pocos el sistema educativo si ya se conocen los beneficios de las nuevas metodologías? 

          En conclusión, considerando que el Aprendizaje-servicio es una metodología que tiene como pilares fundamentales al aprendizaje de los alumnos y el servicio comunitario, y que genera beneficios académicos como el aprendizaje significativo, pero aún más importante, propicia el desarrollo de habilidades blandas como empatía y liderazgo, lo cual da origen a ciudadanos con conciencia social, considero que es de suma importancia implementarla en el sistema educativo. No solo en las aulas de nivel superior, que están más próximas a establecer vínculos más estrechos con la sociedad, si no trabajarlo desde el inicio de la etapa escolar, con el fin de que los alumnos desarrollen habilidades sociales y sientan el deseo genuino de integrarse con su sociedad para mejorarla.

REFERENCIAS

  • Ocde O. La naturaleza del aprendizaje: Usando la investigación para inspirar la práctica. Entornos. 30 de noviembre de 2016;29(2):467-8.
  • Treviño, E. P. G. (2019, abril 21). ¿Qué es el Aprendizaje-Servicio? — Observatorio. Observatorio | Instituto para el Futuro de la Educación. https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/que-es-el-aprendizaje-servicio
  • FRANCISCO AMAT, Andrea, & MOLINER MIRAVET, Lidón (2010). El Aprendizaje Servicio en la Universidad: una estrategia en la formación de ciudadanía crítica. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 13(4),69-77.[fecha de Consulta 29 de Julio de 2022]. ISSN: . Disponible en:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=217015570006
  • Méndez, M. y De La Torre-Bueno, S. (2021). Aprendizaje-servicio, actitudes y habilidades cívicas en un grupo de estudiantes de una universidad privada de Lima, Perú. RIDAS, Revista Iberoamericana de Aprendizaje Servicio, 11, 64-79. DOI10.1344/RIDAS2021.11.4
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